jueves, 8 de diciembre de 2011

Gota de agua

OS RECOMIENDO QUE ANTES DE LEER ESCUCHÉIS UNOS MINUTOS DE ESTE VÍDEO. LAS PALABRAS ESTÁN ESCRITAS, AUNQUE LAS LEÁIS MÁS TARDE CONTINUARÁN ESTANDO AHÍ, PERO LA MELODÍA DE LA CANCIÓN OS AYUDARÁ A COMPRENDER MEJOR LAS IDEAS EXPUESTAS EN EL TEXTO.



"Cierra los ojos, acércate, confía en mí". Con este pretexto ella puso su cuerpo entre mis brazos, y con la mayor amplitud que éstos me permitían la rodeé con ellos y nos mantuvimos durante varios minutos. Ajenas a todo lo que nos rodeaba, ajenas a la conversación que mantenían a nuestro lado, ajenas a las miradas, a los sonidos… Concentradas únicamente en lo que nos traía a la mente el subconsciente.

Ese pensamiento que paulatinamente tomaba forma, inicialmente una silueta difusa tras un halo de luz. Posteriormente un sonido tímido acompañaba a la imagen tenue de un pequeño ser que despierta a la vida, que conoce al mundo. Una mágica gota de agua que desciende hasta el centro del lago y que crea en él una onda sinuosa que desaparece en el horizonte. Dando lugar al nacimiento de ese ser animado que va cobrando nitidez con el paso de la luz por sus entrañas. Ese nacimiento, esa llegada al mundo, ese resurgir del momento, pues ya existía con anterioridad en el agua, pero es entonces cuando parece crecer, cuando parece tomar conciencia de lo que es, de lo que quiere, de lo que espera, de lo que realmente desea para sí.

Es entonces cuando realiza un movimiento de respeto hacia lo que le rodea, cuando se mueve por todos los elementos que ve a su alrededor. Quiere y desea explorar todo, siente que necesita conocer, comienza a preguntarse los motivos por los que está ahí, pero durante ese período se da cuenta de que jamás llegará a conocerlos todos. Y aunque estos le preocupen, y el no saber la respuesta a sus interrogantes le desconcierte aún más, decide centrarse en su propia realidad. Se mira a sí misma, sin saber muy bien qué ve, pues no sabe con qué comparase. No percibe a nadie más como ella a su alrededor y por ello no comprende cuál es su procedencia.  Momentos más tarde decide olvidarse durante algún tiempo de estos pensamientos. Es entonces cuando observa su cuerpo, pero no exteriormente, todo su conjunto, pero de una manera abstracta. Y su mente se alegra, pues comprende que su existencia tiene un fin, que sus metas pueden ser fijadas con los objetivos que se proponga, que aunque desconozca todos aquellos interrogantes que antes tanto le torturaban, continuará existiendo.

Y es precisamente en ese instante, en el que al fin se da cuenta de que tiene a su alcance el secreto de la existencia. Y comienza a llenarse de luz, un pequeño punto de color va creciendo dentro de sí, miles de colores, cálidos, fríos, oscuros, claros… pero todos unidos, formando uno sólo, Blanco. Y esa ínfima luz inicial se transforma en una gran aureola a su alrededor que ilumina una imagen totalmente diferente a la que anteriormente existía. El pequeño ser ha despertado, ha evolucionado, ha crecido, ha conseguido por sí mismo dejar atrás sus barreras que no le permitían ver más allá de sus dudas existenciales. Ha dejado el agua para convertirse en individuo, único, capaz de valerse por sí mismo, capaz de luchar y vivir.

                -Athenea-