lunes, 7 de marzo de 2011

Existencialismo ilusorio

Y aunque no te conozca todavía, y aunque te muestres inexistente en mi vida, y aunque transcurran mil años sin conocerte en mi retina, y aunque suenen a lamentos los trazos de mi inútil vida, te aseguro, aclamada desconocida, que el día en que te presentes en mi mundo te recibiré con la mejor de las despedidas.

Pues te habré esperado durante años, y jamás lograste encontrar el camino hacia mi cama. No quisiste saber el sendero que llevaba hacia mis sueños, olvidaste sacar la brújula de los miedos, y jamás volverán sobre ti las palabras de mi querida venida. Que no decían otra cosa, más que el silencio de tu partida.

Desde la plenitud de la nada te escribo mis pensamientos, que espero recibas amada mía, no mantengas tus sueños en el frasco de la vida, pues cuando ésta contemple el fin de sus días, perecerás, habiendo obviado, el sentido de su venida.

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